Wednesday, November 16, 2011

Coches comestibles...y otras cosas favoritas


Esta es una de mis fotos preferidas del viaje a España este verano. La hice en la playa de Famara, situada en el noroeste de Lanzarote, en las islas Canarias, que están a unos 125 km de la costa occidental de Africa. Esperé a que saliera el sol e iluminara los acantilados pero no salió. En su lugar, un rayo de luz brilló apenas unos segundos, así que decidí hacer la foto del coche iluminado y resultó que me encanta el efecto.

Pienso a menudo en esta foto cuando estoy en el trabajo y necesito una vía de escape de todas esas notas de prensa, correspondencia, informes y las peticiones de fondos que escribo.  Pienso en ese mes en que pude dar rienda suelta cada día a mis aficiones (viajar, la fotografía, la naturaleza y la buena mesa). Me parece que es por eso por lo que me encanta esta foto: representa todo lo que me encanta…bueno, si el coche fuera comestible.

Saturday, November 12, 2011

Día de Acción de Gracias en España… ¡bueno, casi!

La última entrada de mi blog causó un pequeño revuelo ¿o no? Mi madre dijo que la hizo llorar. Mi hermana que si eso hubiera sido un trabajo de clase y ella la profesora, habría escrito en el papel: “¡Ven a verme!”. Mi buena amiga en Alemania, Sabina (que es, en parte, responsable de que Pedro y yo nos conociéramos hace casi 20 años), escribió y dijo que le hacía sentirse triste la afirmación de que en España nunca fuera a sentirme como en casa. Y mis suegros ahora creen que no nos vamos a mudar nunca (aunque no termino de estar segura de ¡si alguna vez se lo creyeron!). ¡Ay, Dios mío!

Hace unas semanas, el hermano de Pedro le envió un email diciendo que le había tocado estar en una mesa electoral durante las próximas elecciones generales del 20 de noviembre y que su presencia era requerida. A Pedro le jod…molestó bastante. Yo, por otra parte, ¡sentí un frenesí inusitado! El día 20 resulta ser el domingo anterior a la fiesta de Acción de Gracias en los Estados Unidos que siempre cae en jueves y hacemos puente el viernes. Me imaginé tomándome libres el lunes, el martes y el miércoles, dándonos así una semana de mini vacaciones en España. Pedro tendría que cancelar sus clases, pero ¿y qué? ¿Quién va a clase durante esa semana?

En el trabajo, mi frenético entusiasmo siguió creciendo al pensar que era la ocasión perfecta para dar a conocer España a mi colega, amiga y compañera de viaje por el mundo: Christina. Me fui volando a su despacho y le conté mi plan y todas las cosas estupendas que podríamos hacer, como ir a mi churrería favorita...

sentarnos al sol en mi parque preferido de Toledo...


degustar algunos de los famosos platos de mi suegra (este plato de croquetas fue devorado en 5 minutos un mediodía de junio)...


y pasar el rato con algunos de mis entretenidos parientes políticos. 


Incluso la invité a quedarse en casa de mis suegros. Era fácil imaginarla allí con nosotros durante la comida, saboreando esa comida española que sé que le encantaría. De verdad que pensé que no sería problema volar a España durante una semana, disfrutar de esos sonidos e imágenes que resultan familiares en Toledo y después volar otra vez y estar lista para volver al trabajo el lunes 28. ¡Sin problema! ¿No?

La pobre Christina veía las cosas de diferente manera y contestó de la forma que lo haría cualquiera en su sano juicio. Dijo que era un viaje odiosamente largo y que esa semana es la que usa ella para “desconectar” antes de las vacaciones de Acción de Gracias y luego las de Navidad. Añadió que su marido, Harry, ya había planeado hacer un viajecito ese fin de semana y que a ella le gustaría conocer España con él, los dos juntos. Cualquier excusa que ella ponía para no ir, era contrarrestada por mí con un encogimiento de hombros y un claro y alto “¡Venga, vamos! ¡Venga, vamos! ¡Venga, vamos! Era tal mi entusiasmo con la idea de salir de Reno y volver a España durante una semana que había ignorado los aspectos prácticos del viaje. ¿Por qué? Porque al fin y al cabo España no resulta un destino lejano para mí. España resulta algo familiar, algo como… ¿el hogar?

Al final, Pedro pudo escaparse de su “responsabilidad” con el gobierno de España, lo que le hizo extremadamente feliz, pero a mí  me causó cierta tristeza. De verdad que quería hacer este viaje, aunque no fuera práctico. Desde que dejé España en junio, algunos cambios importantes han tenido lugar, como que mi sobrino Diego haya dado ya sus primeros pasos. ¡Y nos lo hemos perdido!

Me voy a permitir una cita de mi anterior entrada del blog: “Familia, historia y el sentido de pertenecer a un lugar constituyen lo que conocemos y sentimos como el HOGAR”. Si esto es de verdad así, entonces me parece que he establecido algunas raíces en España y que podré sentir al menos ALGUNOS aspectos del hogar.

Todavía quiero ir a España durante la semana de Acción de Gracias. ¿A alguien le apetece una cena a base de pavo?

Tuesday, October 25, 2011

Mi hogar, el lugar que amo

The autumn sky over the Truckee Meadows. 
 Rancho San Rafael Park, Reno, Nevada.
El último post de mi blog tuvo lugar el 13 de julio de 2011. Preparaba mi viaje anual a Los Ángeles para asistir al tercer cumpleaños de la hija de mi prima Lori... e intentaba, con desesperación, escribir una nueva entrada del blog. Pero las palabras simplemente no afluían. Así pues, escribí un pequeño párrafo, una especie de resumen de lo que fue el viaje, con la promesa de que el blog volvería a mi regreso de Los Ángeles. Y cuando volví, intenté escribir. Y lo intenté de nuevo. Pero las palabras no llegaban.

Para ser sincera, algo raro pasó al volver de España... ¡Me sentí tan desesperadamente, y fervientemente, feliz de estar en casa! Y por eso las palabras no llegaban. Después de preparar con toda anticipación el viaje en la primavera, después de tanto hablar de mudarnos en unos años y de lo bien que me lo pasé, debo admitir ahora que... me sentía más feliz de estar en casa que de estar allí. Y eso me desconcertó tanto que lo he estado intentando aclarar durante los últimos tres meses.

Una cosa es alegrarse de estar de vuelta en tu propia cama y rodeada de las cosas que te resultan familiares. Otra muy distinta es admitir que nunca querrías dejarlas.

Creo que tanto los estadounidenses como los españoles tienen una noción un tanto romántica de lo que supondría mudarse a España. La mayoría de los americanos piensan que vivir en España consiste en estar todo el día saboreando sangría sentada en la playa. Y me da la impresión de que los españoles creen que mudarse allí automáticamente significa tener una vida mejor, como si no tuvieras ningún apego a, o la vida hecha en, otro lugar.

Aunque hay un poquito de verdad en estas fantasías, ambos en su mayoría se equivocan. Nunca jamás he creído que mudarse a España fuera a ser fácil. He estado allí las suficientes veces como para saber lo que me gusta de ella y lo que no. Pero me parece que, para mí, es más una cuestión de: “¿Seré capaz de dejar la vida tan cómoda que llevo, el trabajo tan cómodo que tengo, por algo incierto? ¿Seré capaz de dejar atrás los paisajes de California y Nevada que tienen una función tan central para mí? ¿Seré capaz de seguir siendo independiente (una meta que siempre he insistido en conseguir) cuando no tenga trabajo ni siquiera voz propia debido a la barrera del idioma?”.

Estas preguntas me bombardearon durante uno de los más bellos veranos que jamás haya experimentado en el norte de Nevada, así como durante mi visita a familiares y amigos en Los Ángeles. Incluso me atormentaron durante una jornada de senderismo con Pedro y con mi hermano durante las vacaciones anuales que pasamos en Mammoth Lakes, mi lugar preferido de siempre en la sierra.

Familia, historia y el sentido de pertenecer a un lugar constituyen lo que conocemos y sentimos como el HOGAR. Y desde que volví, he tenido serias dudas de que España llegue a ser alguna vez mi hogar. En este momento, ni siquiera puedo imaginarlo.

Afortunadamente, todavía tengo unos añitos para resolverlo porque al final nos mudaremos allí. Pero por ahora, siento la necesidad de documentar mi vida aquí mientras muestro a mis parientes españoles cómo es nuestra vida en el norte de Nevada. Así que, además de escribir sobre España tal y como la conozco, voy a escribir también sobre los lugares que nos son queridos y sobre las cosas que nos encanta hacer. Y es también importante compartir mis dudas y temores al empezar un viaje que, mientras crecía en el sur de California, nunca pensé que haría.

Y, en definitiva, espero que esto me prepare mejor para, un día, dejar el hogar, ese lugar que resulta que realmente adoro.

Esperemos que las palabras lleguen.

Mammoth Mountain from the Shadow Lake Trail.
Eastern Sierra Nevada, California.


Saturday, July 16, 2011

La vuelta de “mi casa lejos de casa”

Bueno, estoy de vuelta. Salí el 30 de junio de España, tuve una escala (no planeada) de seis horas en Charlotte (Carolina del Norte), procedí a contraer un resfriado espectacular el 3 de julio, me pasé el 4 de julio (fiesta nacional en USA) en la cama y volví al trabajo el día 5. Felizmente, me siento mucho mejor y me voy a Los Ángeles (bueno, Tujunga, para ser exactos, la ciudad donde pasé mi infancia y juventud) este fin de semana. Estoy ilusionadísima con volver a ver a mi familia y amigos de allí abajo, aparte de visitar el campus de la Universidad del Sur de California, donde de niña pasé más de una tarde viendo los épicos partidos del equipo universitario de fútbol americano. He vuelto definitivamente a la rutina de la vida diaria después de un fascinante y tremendamente apretado mes de junio en España.

 ¡Y de verdad que fue fascinante! Aunque me hubiera gustado pasar más tiempo en Toledo con los amigos y la familia, pude ver y hacer muchísimas cosas esta vez. Viaje a las Islas Canarias, fin de semana en la costa mediterránea con mi amiga de la infancia, Julie, y su marido Stephen, la ceremonia de “graduación” de la guardería de mi sobrina, “tapeando por Toledo”, cena sabrosísima con mis cuñados (¡con 4 tipos diferentes de gazpacho!), hacer más de 900 fotos y quizás lo mejor de todo: ¡La primera Merienda anual de las Tortitas! Todos son recuerdos que llevaré conmigo durante el próximo año y sobre los que iré hablando en el blog.

Pero es curioso…lo de volver a casa. No puedo negar que me siento feliz de estar de vuelta en mi acogedora casa y en mi propia cama, pero no hay nada que supere al hecho de vivir lo que te apasiona durante un mes. Mientras estoy sentada en mi oficina, en el campus de la Universidad de Nevada, la vida parece tan, tan lejana pero al mismo tiempo tan real al rememorar los preciosos momentos que pasé con gente tan querida para mí y a la que, sin embargo, raramente veo. Guardo como un tesoro cada momento que pasé allí y echo de menos a todo el que hace de España no sólo un lugar interesante de visitar sino también un segundo y lejano hogar para mí.

Así que sí, he regresado…y al volver de Los Ángeles, volveré a escribir sobre mis experiencias e impresiones de la vida en España. Pero por ahora, quisiera compartir esta foto con vosotros, tomada durante la primera Merienda anual de Tortitas…sólo para daros una idea del resultado que mis tortitas. :)


Wednesday, July 13, 2011

La mejor de las intenciones…

(Esta entrada del blog se colgó el 16 de juno de 2011)

 
 …TENÏA las mejores intenciones.

Antes de empezar este viaje, pensé que sería divertido colgar un blog cada pocos días desde España, y tenía toda la intención de hacerlo. Bien, obviamente no ha sucedido así. La verdad es que hemos estado tan ocupados desde el día en que llegué que lo del blog ha pasado a un segundo plano frente a visitar a la familia, jugar con los críos y, bueno, pasar ratos tranquilos en el parque. ¡Lo siento! Pero lo bueno es que tengo montones de material sobre el que escribir cuando vuelva a casa…nuestras vacaciones en Lanzarote, el tapeo por Toledo, el papel del jamón en la vida diaria, las casas antiguas que nos encantaría restaurar…la lista es interminable. ¡Y tengo además un montón de fotos interesantes que compartir!

Pero para mantener vuestro interés, aquí tenéis una foto tomada la semana pasada en Lanzarote, una de las islas Canarias. Una de las cosas más típicamente turísticas que se puede hacer es dar un paseo en camello en el Parque Nacional Timanfaya. Fue, probablemente, una de las cosas más tontas que haya hecho jamás, pero tenemos algunas fotos muy buenas por ello.
 

Además, la primera Merienda de Tortitas anual (Pancake Merienda) va a tener lugar este sábado. Pedro y yo decidimos hacer una prueba ayer y ver cómo salían las tortitas aquí en España, y resultó ser una gran idea. Antes de salir de Reno, Pedro me había asegurado que su madre tenía los utensilios de cocina adecuados, incluyendo cacillos de medidas, a pesar de estar en el sistema métrico. Sin problema…Podría lidiar con ello. Pero al empezar a hacerlas, descubrí que no era totalmente cierto. Su madre tenía una pequeña, muy pequeña taza de medir que sólo podía contener unos 100g de lo que fuera. Había imaginado que lo mediríamos todo de 100g en 100g. ¡ERROR! No funcionaría el día de la merienda, pero nos arreglamos para que funcionara ayer e hicimos nuestra primera remesa, que salió bien…sólo bien, pero al menos sabemos los ajustes que hay que hacer para el sábado. Y esta mañana hemos ido a “los chinos” (la versión española de The Dollar Store), y compramos la tan necesaria taza de medir cantidades y cacillos y creo que finalmente estamos listos. Pero quizás lo mejor del experimento de ayer fue hacer esta foto de mi suegro, Miguel, disponiéndose a probar su primera tortita de naranja con chocolate. Su expresión, como se suele decir, ¡no tiene precio!

Tengo pensado colgar fotos de la auténtica primera Merienda de Tortitas anual la próxima semana. Hasta entonces…!hasta luego! O, como dicen en Toledo …”¡ta luego!”.

Toledo de noche

(Esta entrada del blog se colgó el 6 de junio 2011)


Una de las cosas que prefiero hacer en Toledo es simplemente andar por las calles del casco antiguo; e incluso resulta mejor cuando se intercalan unas paraditas para tomar unas tapas. Estas son algunas fotos de nuestros paseos por el casco las noches del sábado y domingo pasados. Obviamente, mis habilidades con la fotografía nocturna dejan algo que desear, pero he intentado captar algunas de las escenas típicas que uno esperaría ver en una cálida tarde-noche de un fin de semana de primavera en Toledo.

Algunos de los muchos bares del casco:



Los viernes, sábados y domingos por la noche, los edificios importantes del casco antiguo se iluminan:


 


Me habría gustado que la luz en esta foto hubiera sido mejor, pero me encanta ver a la abuela vigilando a los chavales en la calle:

Esta la hice el domingo a eso de la medianoche. Tras las celebraciones del fin de semana, una de las calles más concurridas del casco se encontraba totalmente desierta. ¡No creo haberlo visto antes!

Monday, June 6, 2011

Sonaba bien…

En mi última entrada del blog, anticipaba cómo sería mi primer día en España basándome en mis veintitantos viajes anteriores. Extrañamente no resultó ser como yo pensaba, pero tuvo, de todas formas, un final memorable.

Estuvo bien tener tres días de fin de semana de Memorial Day para preparar el viaje, puesto que entre el trabajo, unos proyectos de petición de fondos que hago como autónoma, visitas al fisioterapeuta y otras citas durante la semana anterior, no había tenido tiempo de hacer la maleta. Así que ese fin de semana, tuve que apresurarme a organizarlo todo y meterlo ordenadamente en la maleta (oyendo la voz de fondo de Pedro diciéndome que llevaba demasiado). Pero por alguna razón, todo ello me estaba resultando estresante. Normalmente soy bastante tranquila, a lo zen, y como he mencionado antes, he hecho este viaje muchas veces, pero esta vez apenas dormí algo los dos días antes de salir – y luego sólo pude dar un par de cabezadas en el avión.
A little beat up...
Así que al llegar a Madrid el miércoles por la mañana, estaba exhausta. ¡Completamente agotada! Pero estaba también decidida a mantener mi costumbre de “nada de grandes siestas el primer día en España” para deshacerme cuanto antes del jet-lag. Tenía que mantenerme despierta. Para ello, Pedro y yo fuimos a dar un paseo al parque y luego al supermercado a comprar algo para desayunar. Sin embargo, llegado ese punto, mi cuerpo tenía otras ideas. Esperando en la cola del súper, me parecía que me iba a desmayar en cuestión de momentos: El dolor de cabeza que tenía era ya insoportable. De vuelta a casa, le dije que me iba a acostar, a pesar de sus ruegos de “no caer en el lado oscuro”. Al llegar, caí colapsada en la cama y no me desperté – ni incluso me moví- en cuatro horas y media. Totalmente K.O. Cuando por fin me desperté a eso de las cinco de la tarde (perdiéndome mi primera comida- ¡”cachis”!), me sentía mejor…y bueno, el primer día resultó ser de record.

...but still enjoyed my tapas!
Esa noche, ¡conseguí una mejor marca personal de número de bares visitados en mis primeras 24 horas en España! Después de la siesta, estaba decidida a mantenerme despierta hasta por lo menos la medianoche, así que Pedro y yo nos fuimos a la zona de copas más cercana en la cual pasamos a TRES bares y nos dimos el capricho de algunas de mis tapas preferidas: pulgas de delicioso atún con pimiento del piquillo, de salmón ahumado y queso azul, una mezcla de patatas bravas y alioli y mini empanadillas de pisto.

Tres bares en una noche, viendo un partido de fútbol con fantásticos aficionados españoles y un paseo de vuelta a casa a la una de la madrugada…Creo que estoy de vuelta en España…o ¿estoy soñando?

Monday, May 30, 2011

¡Ya salgo!

¿Proyectos del trabajo? ¡Terminados!..¿Las compras? ¡Hechas!... ¿Las despedidas? ¡Cumplidas! …¿La batalla con la compañía de seguros para que me dé las recetas para las vacaciones? ¡Ganada! Tengo la maleta hecha y ¡me voy de aquí!

Mañana afronto el viaje a España de casi un día de duración. De verdad que odio volar, pero aprieto los dientes y lo hago, dejando que mi pasión por la aventura anule el miedo que tengo a estar a unos 12.000 m. en el aire. En realidad, el viaje siempre se hace rápido.  Para distraerme este año, pienso responder a algún email, que ya hace mucho que no respondo, utilizando mi nuevo Netbook, leer un buen libro, unas revistas y escuchar un poco de Enya para relajarme y, con un poco de suerte, dormir algo. Al volar en martes, espero que el avión no esté lleno y poder tener una fila entera de asientos para mí sola. A veces ocurre.

Castilla - La Mancha...Here I come!!
El vuelo llega a las ocho y cuarto a Madrid…y entonces el objetivo será permanecer despierta el mayor tiempo posible para evitar el jet lag. Así que imagino que después de aterrizar, comer algo, ir a Toledo, en lo que se tarda una hora (que será algo más, pues al fin y al cabo es hora punta en Madrid), llegaremos a Toledo a eso de las once. Tendremos una pequeña conversación con mis suegros para ponernos al día, luego un paseo – al supermercado, al parque, al casco antiguo, o donde sea- específicamente con el propósito de no dormirme. A eso de las 2:30, mamá llamará a comer y entonces la etapa más dura: seguir despierta durante y después de la comida. Mi familia comprende mi hábito de “comer y salir corriendo” el primer día, puesto que normalmente me voy a dormir una siesta a eso de las tres y media. Pedro me deja dormir hasta las cinco y media o así y luego me obligo a salir de la cama, arrastrándome, e intentar aguantar hasta las nueve y media o las diez, de nuevo paseando o haciendo alguna pequeña visita. Y entonces ¡ya puedo dormir cuanto quiera! …pero casi seguro que termino despertándome a las tres y media de la mañana y me pongo a escuchar los sonidos de un Toledo en el que la noche va dando paso a la mañana y entonces comienza un nuevo día en España.

Saturday, May 28, 2011

Encantada con esas consecuencias imprevistas

De verdad que no tenía intención de empezar este blog hasta que Pedro y yo estuviéramos seguros de cuándo nos íbamos a mudar a España. Nunca me imaginé que alguien pudiera estar interesado en todas esas cosas previas que suceden “mucho antes”, hasta que mi querida amiga Christina me convenció de hacerlo ahora en lugar de esperar. Me aseguró que a la gente le interesan “esas cosas de mucho antes” cuando se trata de un gran cambio de modo de vida y de cultura y que además podría coger algo de práctica en el arte del blogging. Y cuando me dijo que lo podía hacer GRATIS, ¡pues mucho mejor! ¡Me dejó convencida! A los pocos días de aquella conversación y después de muchos cambios de título, The Pancake Merienda había echado a andar. (Christina, por cierto, tiene un magnífico sitio Web propio en el que documenta los viajes y aventuras que ella y su marido hacen a lugares exóticos del planeta: www.skylarkingworld.com . ¡Las fotografías son estupendas!)

Pero fue Pedro el que sugirió la idea de hacer dos versiones del blog (la versión inglesa y una que él iría traduciendo al español). Siendo la buena esposa que soy, le dije: “Vale…si estás dispuesto a hacer todo ese trabajo…”. Pero para mis adentros, pensé: “¿Quién, en España, estaría interesado en esto?”. Siempre había imaginado esto como un diario destinado a mi madre y unos pocos amigos interesados en ello. Pero nunca se me ocurrió que este blog se convirtiera en el medio por el que llegara a conocer mejor a la familia de Pedro… ¡y ellos a mí!


 El primo (político) Jandro habla un idioma guay.
Debido a la barrera del idioma, siempre he tenido la sensación de que su familia no me conocía realmente como persona, lo que resulta comprensible. Era – y todavía es- frustrante el hecho de no poder transmitir mi sentido del humor ni de poder mantener conversaciones a fondo con nadie de su familia. No hay muchos aspectos de la personalidad de uno que se puedan transmitir con sonrisas y diciendo: “Ah, sí… ¡me gusta!”. En lo que a ellos les toca, han estado maravillosos incluyéndome en todo y no han dejado que esta barrera idiomática interfiriera con la diversión. Siempre me he sentido increíblemente afortunada por ello, ya que conozco a otras chicas americanas que se casaron con españoles y que no tuvieron tanta suerte.

Desde el lanzamiento de este blog en español, ¡he descubierto que (para mi deleite) ha abierto un espacio para la comunicación que la lengua hablada no podía abrir! The Pancake Merienda nos ha proporcionado a la familia de Pedro y a mí una forma de interactuar a nivel personal a la que antes sólo podía aspirar… ¡y ha resultado ser la mejor de las experiencias! Algunos primos de Pedro han colgado comentarios en la versión española, que más o menos puedo entender, y que desde luego disfruto leyendo. Nunca fallan en hacerme reír con su sentido del humor o en hacer que las lágrimas afloren a mis ojos con su sinceridad. Y más de uno ha mencionado que ellos también piensan que es una excelente manera de conocerme mejor. Me siento totalmente honrada o, para usar un término completamente americano, BENDECIDA por que estén interesados en mis reflexiones y, especialmente, en el hecho de que, en su momento, nos mudemos allí.

Como podéis ver, me encuentro completamente rebosante de alegría con esta consecuencia imprevista…y precisamente esto, si no por otra razón, hará que siga escribiendo.

Tuesday, May 24, 2011

Las cinco cosas que más anhelo al llegar a España

1) Ver a mis sobrinas y sobrinos…y ¡conocer a algunos nuevos!: Parece que, casi cada vez que voy a España, hay una sobrina, un sobrino o sobrino segundo nuevo al que conocer. Estoy deseando poder ponerme al día con los que conozco – Daniel, de dieciséis años, que va a salir por primera vez solo a estudiar al extranjero y Andrea, de casi cinco años, que ha estado aprendiendo canciones en inglés en el cole. Y espero poder conocer mejor a Roberto, también de cinco años. Nos vimos la última vez que estuve allí, pero con dos años estaba más interesado en su coche teledirigido que en la tía Marianne. Totalmente comprensible. En cuanto a los nuevos, Aitana y Bruno, los dos nacieron aquella última vez que estuve allí, así que va a resultar interesante volver a verlos ya como niños en lugar de como bebés. Y el sobrinito más joven, Diego, que nació hace unos meses y al que conoceré por primera vez, aunque seguro que será un pequeñín dormilón. También hay algunos/as sobrinos/as segundos/as (espero no haber olvidado a nadie).

The best photo of my 2008 trip: la Gran Mezquita de Cordoba
2) Hacer millones de fotos: Tengo muchísimas ganas de probar mi nueva cámara en España y tengo intención de hacer millones de fotos para este blog. Me gustaría poner más fotos en el blog, pero las únicas copias digitales que tengo las hice hace tres años y la calidad de mi fotografía entonces dejaba mucho que desear. Así que para los amigos y familiares en España: ¡Preparaos! La cámara parecerá una extensión natural de mi propio cuerpo en junio.

3) Comer ‘la comida’: ¿Por dónde empezar con esto? Aparte de la cocina de mi suegra, es mi intención disfrutar del zumo de naranja valenciana recién exprimido, churros o porras de la churrería, tostada a la plancha con mermelada y mantequilla, limón granizado en La Vega (¡delicioso!), pulgas de atún y pimientos de piquillo, de carne de venado y champiñón, de ensalada de pollo, de pimientos fritos y salchicha…sólo por nombrar algunas; patatas ali-oli y bravas; gazpacho y por supuesto ¡flan! No me solía gustar el flan antes, pero hace unos tres años me empezó a gustar de verdad y por eso he de anunciar, tristemente, que una barriguilla que antes no estaba ahí, ahora resulta visible. En fin…Esta lista podría continuar hasta el infinito, pero lo dejo aquí.

4) Ir al parque de las Tres Culturas: Justo al lado de la casa de mis suegros hay uno de los parques más bellos de Toledo: el Parque de las Tres Culturas: un espacio verde gigantesco en la zona moderna de Toledo. Me encanta especialmente en los días de calor, pues Pedro y yo bajamos a sentarnos un rato en los bancos bajo los árboles “al fresquito”. Hay una rosaleda (¡estad pendientes de las próximas fotos de flores!), un cine al aire libre y un camino para andar por todo el perímetro del parque. También hay una pista en la que los entusiastas del atletismo entrenan todas las tardes, una piscina (con el consabido “bar de la piscina” ¡donde, durante el verano, hacen hamburguesas en la barbacoa!), pistas de tenis, baloncesto, fútbol sala/balonmano y un pequeño pabellón, en el que mis suegros dan sus clases de “gimnasia para mayores”. Existe el rumor de que el parque es ahora un espacio wifi, así que, si es así, estoy deseando poder componer mi blog, con mi nuevo Netbook, desde nuestro banco preferido.

5) Subir a ver el Corpus: El Corpus (como se conoce en la ciudad a la festividad religiosa del Corpus Christi) es la gran fiesta religiosa por la que se conoce a Toledo. Aparte de ser interesante de ver y  porque las entidades públicas contribuyen a esta celebración religiosa  y participan en ella (algo que nunca verás en los Estados Unidos), es algo imponente, tanto visual como auditivamente. Lo he visto varias veces ya e imagino que la familia aún se sorprende de que siga yendo cada vez que estoy allí. Este año tengo intención de hacer millones de fotos, andar por las calles perfumadas de romero la noche anterior, ver la procesión a la mañana siguiente (si me levanto a tiempo) y por supuesto compartir la experiencia con todos en este blog.

También pensamos ir a las Islas Canarias, cerca de la costa africana, durante una semana, y a la costa de Murcia (acaban de tener un terremoto cerca de allí) para ir a la playa y ver apartamentos con mi amiga por correspondencia de toda la vida, Julie, y su marido Steven. Y por supuesto, tendremos la Primera Merienda de Tortitas Anual, que, de acuerdo a los comentarios expresados en la versión española del blogThe Pancake Merienda”, ¡parece ser ya todo un éxito!

¿Sabéis? A falta de tan sólo una semana para el viaje, tengo la sensación de que ya he salido.

Saturday, May 21, 2011

Bebé Glotón: ¿Algo repulsivo o diferencia cultural fascinante?

Como adicta a las noticias, una de las cosas más frustrantes al visitar España es no poder leer los periódicos españoles. En casa, leo el periódico local todas las mañanas sin perderme una y durante el día miro con regularidad la versión online y también la CNN. Si algo sucede en mi ciudad o en el mundo, probablemente soy la primera en saberlo.

Hace unos meses, se me ocurrió que quizás, sólo quizás, uno de los periódicos nacionales españoles pudiera tener una edición online en inglés (¿eh?). Busqué en Google los nombres de periódicos españoles y descubrí que El País, diario nacional, sí que tiene una. Después de leerlo durante unas semanas, me di cuenta de que contenía las noticias normales y corrientes - duelos entre partidos políticos, historias sobre lo mal que está la economía, el desempleo y el crimen. También me enteré de que España está todavía tratando de digerir las atrocidades cometidas durante la guerra civil y durante la dictadura de Franco; que el arte/deporte/espectáculo del toreo es de hecho un tema de debate ético y que existen muchos problemas sociales y otros males que muchos españoles prefieren no discutir. Nada me produjo una sorpresa especial... hasta que vi esto:

“Spanish Breastfeeding Doll Fuels Rage in Britain and US”  (Muñeco Bebé Glotón desata la ira en Gran Bretaña y  Estados Unidos)

¿¿¿QUÉ???

Parece que, hace un tiempo, una empresa de juguetes española fabricó un muñeco con la tecnología para “darle de mamar” y lo comercializa para que las niñas puedan aprender a “dar el pecho”, junto con sus madres, por medio de una especie de chaleco florido y con lentejuelas abrochado a la espalda (¡me estoy imaginando las reuniones en el departamento de markéting de la empresa a la hora de desarrollar dicho producto!). El muñeco, comercializado con el nombre de Bebé Glotón, (en inglés Bebé Avaricioso, aunque prefiero la versión original) ha desencadenado, aparentemente, un torbellino de controversia en los Estados Unidos. El artículo del periódico estima que en España “los padres están encantados”, mientras que los medios norteamericanos afirman que el muñeco “promueve una ´sexualización´ de las niñas más jóvenes” y que “incita a la pedofilia”.

Bueno, no creo. No importa que no haya sabido acerca de este Bebé Glotón hasta que leí este artículo (así que para mí no hay “torbellino de controversia en los Estados Unidos”), pero he de admitir que la idea me resulta extraña, lo mismo que a mis amigos, los cuales nunca habían oído nada semejante. Y si fuera a venderse en jugueterías aquí, seguramente les saldría el tiro por la culata, además de tener que sufrir protestas y boicots y, sin lugar a dudas, las lágrimas vertidas por algunos políticos para darle un efecto más dramático. Sin embargo, no me sorprendería que este muñeco pasase sin pena ni gloria en España. La cultura española acepta completamente el acto de amamantar, en cualquier lugar y a cualquier hora, como algo normal, al contrario que los Estados Unidos, donde se considera una práctica muy privada. Personalmente, me encantaría que las mujeres estadounidenses pudieran dar el pecho sin tener que cubrirse con una toalla ni temer las miradas despectivas.

Pero…¿un muñeco para niñas pequeñas? ¡Hombre! ¿No deberían estar jugando al baloncesto, dibujando... y bueno, jugando con muñecas (normales) en lugar de aprender a dar el pecho?

Va a resultar interesante hablar de esto con mis amigos y familia españoles y averiguar lo que piensan sobre el tema. ¿Este Bebé Glotón resulta tan controvertido como sugiere el artículo? ¿O es otra interpretación exagerada que los medios de comunicación hacen de la realidad? ¿Seguiré pensando que esto o “se pasa un poco” o se convertirá en otra diferencia cultural fascinante sobre la que reflexionar?


Saturday, May 14, 2011

¡Marianne no entiende NADA!

En cuanto se pronunció esa frase hace tres años en España, lo primero que me vino a la mente fue levantar el dedo corazón hacia arriba y decir: “¡Entiendo esto!” o algún otro comentario sarcástico más acorde a mi personalidad angloparlante. Pero, deseando ser diplomática, simplemente sonreí, lo cual fue una reacción auténtica al oír algo tan ridículo. Y en realidad… ¡sí entendí aquello!

Pero para ser honesta, fue aquella frase la que me motivó a matricularme en clases de español.

Siempre he tenido la suerte de que mi bilingüe marido haya sido un gran intérprete para mí y he de admitir que por eso no he hecho un gran esfuerzo por aprender español. En su lugar, siempre he contado con él y con lo que recuerdo de lo que aprendí en el instituto para comunicarme, lo que no siempre ha dado buenos resultados...y, de hecho, ha dado lugar a algunas situaciones cómicas durante los años. Desde el principio, mi suegra ha sido la que mejor ha descifrado mi español, oxidado por más de veinte años, y la que hace un GRANDÍSIMO esfuerzo por hablar muy despacio para que pueda entenderla, lo que ayuda bastante. Me parece que su habilidad para adaptar su forma de comunicarse a mi nivel de principiante en el idioma español tiene algo que ver con el hecho de haber criado a muchos niños (cuatro hijos, una hija, varios sobrinos y sobrinas y ahora nietos) y por lo tanto de saber cómo el cerebro humano adquiere el lenguaje, independientemente de si se tienen dos años o treinta y cinco.

¿Pretérito indefinido o imperfecto?
Acabo de terminar primero de español a nivel universitario y además he asistido a algunas clases de español conversacional durante los últimos tres años. He aprendido (o vuelto a aprender) las estructuras oracionales invertidas de la lengua española, la belleza de hacerse algo a sí mismo por medio de los verbos reflexivos, el convencionalismo de colocar el adjetivo detrás del sustantivo al que modifica (¿por qué?) y sobre todo a cómo pronunciar correctamente los sonidos vocálicos españoles – guturales y cortos de a, e, i, o, u. He intentado memorizar los millones de variaciones sutiles de innumerables verbos y sus tiempos – presente, presente continuo, pretérito indefinido, imperfecto y, recientemente, el subjuntivo. Me temo que habrá más el semestre que viene. Todavía me tambaleo con los verbos, recurriendo al presente u omitiendo el verbo del todo y actuando una especie de rutinaria pantomima cuando intento hablar español con oraciones completas. He aprendido un montón en mis clases en estos tres años, pero he de decir que aunque recibir lecciones en al aula ayuda, he descubierto que no es sino un ejercicio académico, en el que la memorización sistemática te permite sacar sobresaliente en el examen.

Prefiero asistir a una clase de fotografía.

En lugar de sentada en un aula, es así como prefiero aprender español: Aprendí que “comer” significa “to eat” en la expresión “¡a comer!”, que mi suegra usa cada vez que llama al resto de la familia a la mesa. Prefiero aprender que la terminación “-ísimo/a” significa “really-really…” por mi sobrinita Andrea, quien una vez le dijo a Pedro, toda orgullosa, que su abuela había dicho que “no era guapa, sino guapísima”. Y aprendí que la palabra “saber” es uno de los verbos que significan “to know” por mi sobrino de veintitantos años, ahora, Alejandro. Cuando tenía ocho, Jandro se echó las manos a la cabeza en expresión de disgusto cuando inundé mi tortilla de patatas con kétchup (craso error, ahora lo sé) y dijo con tono de exasperación (y un cierto brillo en los ojos): “¡Americanos! ¡No saben!”. Le hice cosquillas hasta la muerte por eso.

Así que ahora que ha terminado el semestre y que España queda a menos de treinta días, puedo dejar a un lado mi libro de texto y empezar a aprender de nuevo –de forma real y natural- de manera divertida. Y no habrá verbos pestosos que memorizar.

Saturday, May 7, 2011

La búsqueda de una vida interesante

Durante años, Pedro y yo hemos estado diciendo a familiares y amigos que queremos irnos a vivir a España.

Lo que motiva la siguiente pregunta: ¿Por qué no lo hemos hecho ya?

¿Debo cambiar esta vista...
Bueno, pues porque…la vida aquí es bastante cómoda. Tenemos una vivienda agradable y trabajos que más o menos podemos tolerar. Y aunque más bien frío, el norte de Nevada es un buen lugar para vivir: magníficas oportunidades de esquiar (bueno, yo no esquío pero Pedro sí), el lago Tahoe y numerosos senderos en las montañas y el desierto donde practicar senderismo, aparte de estar muy cerca de mi querida California y de todo lo que tiene que ofrecer. Incluso durante lo peor de la crisis económica, cuando parecía que el estado de Nevada entero estaba avocado al colapso, salimos ilesos...o incluso mejor que antes. El puesto de Pedro, profesor de español y traducción en la universidad, ha resultado ser bastante estable (por lo menos hasta este año) y basándonos en lo que dicen las evaluaciones que de su trabajo hacen tanto estudiantes como colegas, es bastante bueno en lo que hace. Sus alumnos le adoran.

Yo, he tenido la suerte de ganarme la vida como redactora de solicitudes de subvenciones para organizaciones sin ánimo de lucro del norte de Nevada, tanto como empleada en plantilla como autónoma, durante casi ya 13 años. He de admitir que no es la profesión más apasionante del mundo, pero causa satisfacción el saber que mis habilidades pueden cambiarle la vida a alguien; y  resulta estimulante verme rodeada de gente a la que le gustaría, de alguna manera, cambiar el mundo. El trabajo de Pedro le permite ir a España cada verano y, dependiendo de mi situación profesional, normalmente voy cada dos veranos. Y cuando no puedo ir a España, nos tomamos unas pequeñas vacaciones en Centroamérica, México y Hawaii. Nos damos cuenta de que vivimos bien y apreciamos todo lo que tenemos y lo que hemos sido capaces de conseguir. Entonces... ¿por qué ese deseo de mudarnos?

Pues porque aún siendo la vida tan cómoda como es, esa comodidad se puede traducir en aburrimiento y eso es exactamente en lo que se ha convertido. Desafortunadamente (o afortunadamente según se mire) los dos nacimos con un cierto espíritu aventurero. Él más que yo pero aún así, el deseo de salir al mundo y experimentar lo incómodo y lo raro nos resulta altamente atractivo. Para mí, desde luego, mudarme a España, un país que en muchos aspectos resulta tan diferente del oeste de los Estados Unidos, calmará esa sed por lo exótico y diferente. Y me veré forzada a encontrar otras formas de ganarme la vida aparte de lo que he estado haciendo durante los últimos 13 años. Para él, es una oportunidad de volver a casa y vivir en un ambiente cultural en el que se siente integrado, así como de hacer algo diferente, profesionalmente hablando. Para los dos, se nos presenta la oportunidad de prepararnos para la “segunda mitad de nuestra vida”, creando algo por lo que podamos luchar hasta que seamos demasiado viejos para hacer cosas, excepto pasear despacio por el parque y saborear un vasito de sangría. 

...por ésta?
Lo ideal sería que pudiéramos restaurar una casa rural antigua en algún lugar de España y convertirla en un “bed and breakfast” o cuando menos restaurar uno de esos inmuebles abandonados en el casco antiguo de Toledo y poner el “bed and breakfast” allí. Pero a menos que nos toque la lotería o que de repente nos encontremos con un montón de dinero, ninguno de estos sueños parece que se vaya a hacer realidad. Pero incluso así, la aventura de armar el puzzle de nuestra vida donde mi experiencia profesional y mi educación universitaria importen poco suena a gran, y bienvenido, desafío. No tengo una visión romántica de todo esto. Conozco España lo suficientemente bien como para saber que hay cosas que no me van a gustar y sé, con certeza, lo difícil que es aprender otro idioma a los cuarenta y tantos... y hay un montón de cosas en USA que voy a echar de menos. Pero esta es una gran oportunidad de hacer algo diferente, algo que requiera “bemoles”, algo que me obligue a apelar a recursos dentro de mí que ni siquiera sé que poseo y algo que suponga un desafío a mis ideas incluso más de lo que ya supone. Es una oportunidad que no todo el mundo tiene, que no se presenta todos los días y tengo que aprovecharme de ello.

Hace unos años, participé en una de esas “entretenidísimas” reuniones de trabajo para “hacer grupo” en la que nos pidieron explicar qué era lo que queríamos lograr en nuestras vidas. La mayoría de la gente mencionó sus carreras profesionales y el dinero que querían ganar. En medio de todas aquellas aspiraciones de logros y riquezas, la respuesta sincera que di fue: “Lo único que de verdad quiero es lograr llevar una vida interesante.

Y espero que mudarme a España me proporcione exactamente eso...algún día.

Sunday, April 24, 2011

El debut de Pancake Merienda

Una de las cosas que más anhelo para este verano es tener la oportunidad de demostrarle finalmente a mi suegra que sé (más o menos) cocinar. O por lo menos hacer tortitas.


Deliciosa paella de mi suegra

Mi suegra es, en serio, una de las mejores cocineras de España y la mayoría de lo que conozco acerca de la cocina española lo aprendí a su mesa, degustando sus comidas preparadas con tanto arte. Desde muy joven, ha estado cocinando para su familia y conserva casi todas sus recetas en la memoria. Cocido, chuletas de cordero, lentejas y albóndigas...Todos los platos clásicos de la gastronomía española que prepara se han convertido en alimento reconfortante para mí.

Mi, por entonces, futura suegra me pidió, durante mi primer viaje a España en 1994, que le enseñara a hacer tortitas. He de admitir que no tenía la más mínima idea de cómo hacerlas...o, para el caso, cómo hacer cualquier otra receta americana. Durante todos esos años en los que viví en casa o en el colegio mayor universitario, otros habían cocinado para mí por lo que nunca tuve razones suficiente para aprender. Así que me sentí un poco avergonzada de admitir que, con mis títulos universitarios y todo, no sabía hacer una simple tortita. 

Debo decir la verdad: diecisiete años después, todavía no cocino mucho (ni muy bien) pero me siento orgullosa de informar de que, a base de intentarlo muchas veces sin éxito, he conseguido hacer unas tortitas muy decentes gracias a un recorte de revista del año 2004. Y aunque la comida española es lo normal en nuestra dieta diaria (Pedro todavía prepara la mayoría de las comidas basándose en variaciones de las recetas de su madre), mis tortitas sabor a naranja han pasado a formar parte de nuestras mañanas invernales de fin de semana. Y ahora tengo la sensación de que por fin estoy lista para preparar aquellas tortitas que mi suegra solicitó hace ya tantos años.


¿Pueden estas tortitas medirse a la habilidad culinaria de mi suegra?

Así pues, tengo pensado establecer, una tarde de este próximo junio, una nueva tradición y hacer, para la familia entera, mis tortitas para merendar. Será la primera de lo que espero constituya la “merienda anual de tortitas de Marianne”. Imagino encontrarme en la cocina de mi suegra, sirviendo tortita tras tortita a una pequeña multitud sentada en el comedor, justo como mi suegra lo ha hecho para su familia, y para mí, a lo largo de los años. 

Todavía no sé cocinar...pero puedo preparar una merienda de tortitas. Espero que a mamá le guste.

Tuesday, April 19, 2011

Primavera en la Sierra Nevada

Ya es primavera en la Sierra Nevada y eso sólo puede significar dos cosas: primero, que todavía es invierno aquí en Reno (nevó este fin de semana) y segundo, que Marianne y Pedro ya están preparando su viaje a España en el verano.

Me casé con mi marido, Pedro, en 1995. Desde entonces, mi vida ha tenido un tono significativamente diferente: con el tiempo, mis conversaciones se han visto salpicadas con palabras y frases españolas; ya no ceno a las seis (ahora meriendo); la comida principal es la del mediodía (lo que puede explicar cómo puedo dar cuenta, sin remordimiento alguno, de un bocadillo enorme en una hora que tengo para comer); el ColaCao se ha convertido en alimento básico de nuestra despensa, junto con el aceite de oliva y el azafrán, las siestas a media tarde han pasado a jugar un papel determinante en mi vida diaria...y los viajes a España en el verano son ahora la norma. 

En estos 16 años, he pasado de ser la típica chica americana de colegio mayor universitario a una chica que vive a caballo entre el modo de vida americano y el español, lo que puede resultar un tanto díficil de conjugar algunas veces. Culturalmente, estos dos modos se encuentran enfrentados en la mayoría de los aspectos: uno, obsesionado con vivir para trabajar; el otro con trabajar para vivir. Uno concentrado en hacer y conseguir; el otro en pasar más tiempo con la familia y con los amigos. Uno obcecado en acumular dinero y posesiones materiales y el otro... en fin, digamos que la mayoría de los españoles son felices con tener lo suficiente para vivir y con poder pasar unas vacaciones de verano en la playa... y no necesitan más, salvo quizás más vacaciones.

En la mayoría de los aspectos, Pedro y yo hemos conseguido aunar nuestros valores culturales y fundirlos en nuestra vida juntos, tomando lo mejor de las dos culturas y armonizándolo en el compromiso de la vida diaria. Ahora que ya hemos llegado a dominar esta existencia, hemos empezado a hablar acerca de mudarnos a España de manera permanente y empezar de nuevo, lo que puede que suceda debido a la necesidad, pero sobre todo por el deseo de hacernos viejos juntos en España, donde los mayores llevan vidas plenas de significado y en las que todavía juegan papeles importantes en su familia y en su barrio.

Eso, sin embargo, tendrá lugar en unos años.

Pero por ahora es primavera en la sierra. Ya hemos comprado los billetes para este verano y ya se me está haciendo largo el tiempo hasta que llegue ese día de junio en el que deje mi vida americana de trabajo, al menos durante un mes, y la cambie por la española.