Monday, June 6, 2011

Sonaba bien…

En mi última entrada del blog, anticipaba cómo sería mi primer día en España basándome en mis veintitantos viajes anteriores. Extrañamente no resultó ser como yo pensaba, pero tuvo, de todas formas, un final memorable.

Estuvo bien tener tres días de fin de semana de Memorial Day para preparar el viaje, puesto que entre el trabajo, unos proyectos de petición de fondos que hago como autónoma, visitas al fisioterapeuta y otras citas durante la semana anterior, no había tenido tiempo de hacer la maleta. Así que ese fin de semana, tuve que apresurarme a organizarlo todo y meterlo ordenadamente en la maleta (oyendo la voz de fondo de Pedro diciéndome que llevaba demasiado). Pero por alguna razón, todo ello me estaba resultando estresante. Normalmente soy bastante tranquila, a lo zen, y como he mencionado antes, he hecho este viaje muchas veces, pero esta vez apenas dormí algo los dos días antes de salir – y luego sólo pude dar un par de cabezadas en el avión.
A little beat up...
Así que al llegar a Madrid el miércoles por la mañana, estaba exhausta. ¡Completamente agotada! Pero estaba también decidida a mantener mi costumbre de “nada de grandes siestas el primer día en España” para deshacerme cuanto antes del jet-lag. Tenía que mantenerme despierta. Para ello, Pedro y yo fuimos a dar un paseo al parque y luego al supermercado a comprar algo para desayunar. Sin embargo, llegado ese punto, mi cuerpo tenía otras ideas. Esperando en la cola del súper, me parecía que me iba a desmayar en cuestión de momentos: El dolor de cabeza que tenía era ya insoportable. De vuelta a casa, le dije que me iba a acostar, a pesar de sus ruegos de “no caer en el lado oscuro”. Al llegar, caí colapsada en la cama y no me desperté – ni incluso me moví- en cuatro horas y media. Totalmente K.O. Cuando por fin me desperté a eso de las cinco de la tarde (perdiéndome mi primera comida- ¡”cachis”!), me sentía mejor…y bueno, el primer día resultó ser de record.

...but still enjoyed my tapas!
Esa noche, ¡conseguí una mejor marca personal de número de bares visitados en mis primeras 24 horas en España! Después de la siesta, estaba decidida a mantenerme despierta hasta por lo menos la medianoche, así que Pedro y yo nos fuimos a la zona de copas más cercana en la cual pasamos a TRES bares y nos dimos el capricho de algunas de mis tapas preferidas: pulgas de delicioso atún con pimiento del piquillo, de salmón ahumado y queso azul, una mezcla de patatas bravas y alioli y mini empanadillas de pisto.

Tres bares en una noche, viendo un partido de fútbol con fantásticos aficionados españoles y un paseo de vuelta a casa a la una de la madrugada…Creo que estoy de vuelta en España…o ¿estoy soñando?